Estamos, queramos o no, constantemente expuestas/os a tomar decisiones desde; la compra de champú a un auto, decidir qué comeré, qué estudiaré, profesión que adoptaré, tendré hijos, dónde viajaré, cómo votaré en las próximas elecciones, esta última, es una decisión de impacto colectivo. Por lo demás generalmente queremos tomar la mejor decisión, no queremos equivocarnos y encontrarnos en escenarios indeseables.
Este texto nos plantea un ejercicio cognitivo necesario, las decisiones son un proceso racional o intuitivo y la idea es optimizar resultados, con este ejercicio puedes ampliar tu visión y mapa de acciones para tu decisión. Su sentido es facilitar el ejercicio de tomar una buena decisión y también es una invitación a agendar una hora de trabajo en consulta, en el caso de que necesites reforzar tu autoconocimiento y/o activar recursos para tomar una decisión que te encuentres procesando. Aquí el listado de consideraciones :
- Autoconocimiento es esencial, saber de tus preferencias y valores, así como de tus habilidades y limitaciones te ayudará a tomar decisiones coherentes contigo.
- Enfócate en el aquí y ahora, pensar en las consecuencias de tu elección es muy positivo, sin embargo hay que hacerlo en la justa medida sin exagerar porque te puedes abrumar e inmovilizar. La realidad es que podemos pre ver hasta cierto punto sin embargo, no podemos adivinar el futuro.
- Aprende a confiar en tus instintos, sin dejar de hacer el ejercicio racional, es decir analiza varias alternativas y evalúa pros y contras, deja reposar estas ideas en un corto período y luego toma tu decisión con la convicción interna.
- Atiende tus emociones, ya que tiene el poder de influir en tu toma de decisiones, abre un espacio en ti para habitarlas, aun cuando estés alegre o cuando estés triste , entusiasmado/a, o desanimado/a, al reconocerlas podrás evaluar y reconocer el buen momento para tomar una decisión y cuánto ellas pueden estar influyendo en tu decisión. Lo aconsejado es tomar la decisión en un estado de equilibrio anímico y de tranquilidad.
- Identifica riesgos, infórmate, mide consecuencias y mide los factores influyentes en tu decisión proyectados en corto, mediano y largo plazo y cómo sustentas esos recursos que serán implementados en tu decisión. Observa como impacta en tu cotidianidad, equilibrio de salud, en tus emociones y cuáles son los aprendizajes que se integran para abordar la decisión.
- Aprende a cambiar de perspectiva. Observa la forma en que estas tomando la decisión, piensa en personas que conoces o que admiras y piensa cómo decidirían o qué característica de ellos te ayudaría a tomar mejor la decisión. Tómate el tiempo para ver el problema de forma distinta quizás ahí encuentres la mejor decisión.
- Toma con pinzas la presión social, intenta sentirte segura/o de ti misma/o en la decisión sin que los otros influyan, la autoridad de las personas a nuestro alrededor pueden influir en nuestra decisión, pregúntate de las opiniones que te importen, si te están leyendo bien y recogen objetiva y/o amorosamente tu motivación y objetivo. Asegúrate de expresarte claramente.
- Reduce tus opciones, si tienes muchas opciones de decisión e incluso consideres rankealas por sus fortalezas y probabilidades de éxito, vuelvo a los riesgos para hacer este ejercicio. Mantén una lista acotada, máx 3.
- Ten a la vista tus limitaciones, todos las tenemos es mejor saber de ellas al implementar una decisión ya que podrían ser puntos de atención en el proceso de tu decisión, ser completamente objetivos es imposible siempre está presente el sesgo personal de nuestra percepción e ideas contingentes. Reconoce que ellas pueden retroceder o avanzar, suéltalas para que les ganes terreno con confianza en tu previa preparación.
- Ponte en otros zapatos, habla contigo mismo/a como un amigo/a de confianza permite distanciarte emocionalmente de la ecuación y ver el problema desde otra perspectiva. Esto te dará la oportunidad de ser más objetivo.
Herramientas para el desarrollo personal